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El ratio de liquidez. ¿Qué es y como se calcula?

Introducción

Como veníamos indicando en nuestros artículos anteriores, desde la pandemia se ha podido apreciar un mayor interés por el ámbito de la tesorería corporativa y tambien una mayor exigencia de especialización en el sector. Hasta hace unos años el sector no era tan atractivo, o por lo menos no recibía mucha atención. Actualmente, sin embargo, muchas empresas se están replanteando una revisión de sus prácticas de tesorería y control de caja. Además, la evolución de la tecnología financiera “Fintech”, está permitiendo la irrupción de novedosas empresas de software que mediante la automatización de los pagos entre empresas (B2B), y un mayor acceso en tiempo real a los balances y movimientos de tesorería, permiten tener mayor control y visibilidad de la situación de caja de las empresas. Adicionalmente, permiten ahorrar cientos de horas en procesos tediosos y manuales que añaden poco valor añadido a las empresas. Estos programas innovadores, permiten a los equipos de finanzas y tesorería centrarse en tareas de mayor valor añadido y análisis financiero.

Dentro de esas métricas especializadas al ámbito de la tesorería, y que como decíamos anteriormente cada vez se tienen más en cuenta, encontramos el ratio de liquidez, o tambien conocido en inglés, el “current ratio”. Por su enfoque en el corto plazo.

Ratio de Liquidez, formula

El ratio de liquidez equivale a: Ratio de liquidez = Activos Corrientes / Pasivo Corrientes. O como podemos ver de forma mas grafica debajo.

Ratio de Liquidez, explicación

En definitiva, el objetivo del ratio de liquidez o “current ratio”, es analizar la situación de una empresa a corto plazo. La fórmula, lo que trata de comparar es la cantidad de bienes o activos líquidos que tiene una empresa contra sus deudas a corto plazo, para poder determinar la capacidad que tiene una empresa de hacer frente a sus deudas a corto plazo. Recordemos, que, en el ámbito de la contabilidad, el corto plazo generalmente hace referencia a un periodo de 1 año o lo que es lo mismo, los próximos 12 meses. Todo lo que sobrepasa ese periodo se suele catalogar como a largo plazo, tanto en el lado de los activos como de los pasivos.

¿Por otro lado, que se tiene en cuenta a la hora de calcular los activos a corto plazo? En primer lugar, se reconoce como activos a corto plazo a la caja, tanto física (billetes que pueda haber guardados en la empresa, o en la caja física de ciertos negocios), aunque cada vez es menos común, y el dinero existente en las cuentas bancarias de la empresa. Por otro lado, dentro de los activos corrientes o a corto plazo tambien encontramos las inversiones a corto plazo, y que gozan de liquidez, es decir, que puedan ser desinvertidas inmediatamente o en un periodo corto de tiempo y por tanto permiten tener caja disponible en caso de necesitarla. Para poner un ejemplo, una inversión en acciones de una empresa cotizada cuyas acciones están en el mercado público, se considerarían activo corriente, porque una empresa podría vender esas acciones cualquier día y obtener su valor a cambio. Sin embargo, una inversión en una empresa familiar o startup no cotizada cuyas acciones no se pueden vender inmediatamente, no podría considerarse activos corrientes.

En el lado de los pasivos, el pasivo corriente estaría conformado por todos aquellos pagos a corto plazo de proveedores, seguridad social, impuestos, tasas etc. Así como cualquier vencimiento relacionado con el endeudamiento de la empresa, como pudieran ser gastos financieros o amortización del principal de la deuda bancaria que disponga la empresa.

Interpretación del ratio de liquidez

Como os podéis imaginar, el ratio de liquidez es un ratio muy importante en el ámbito financiero, ya que la repercusión de tener un ratio más o menos elevado es muy importante. Para demostrar una liquidez saneada, por norma general, el ratio de liquidez tiene que rondar el 1, siendo más recomendable que se sitúe por encima del 1. ¿Qué significa esto por ejemplo? Un ratio de 1, significaría que por cada Euro de activos a corto plazo, tenemos un Euro de deuda a corto plazo. Por tanto, la empresa tiene bienes líquidos suficientes para hacer frente a sus deudas a corto plazo. Sin embargo, como podéis imaginar, no hay margen de error. Es decir, a nada que haya algún pago a proveedores, pago de impuestos o cualquier otro evento extraordinario, ese ratio podría quedar afectado y perjudicar la capacidad de la empresa de pagar cualquiera de sus vencimientos a corto plazo.

Pongámonos en el caso de una empresa que tiene 1.000 euros de activos corrientes y tiene 10.000 euros de pasivos corrientes. El ratio resultante de una empresa en esta situación se situaría en 0.1. Como puede ser obvio, el resultado de este escenario extremo evidencia claramente que la empresa no está en una situación de liquidez adecuada.

Por otro lado, pongamos el ejemplo del escenario opuesto. Imaginemos una empresa que tiene 10.000 euros de activos corrientes y tan solo 1.000 euros de pasivos corrientes. ¿Sería este escenario muy positivo? A priori se podría pensar que si, que esta empresa está en una situación de liquidez óptima o excepcional. Es decir, tiene mucha caja para poder hacer frente a sus obligaciones a corto plazo. Sin embargo, ¿es realmente esta situación óptima? Probablemente no. Salvo que hubiera pasivos a largo plazo que pronto se fueran a convertir en pasivos a corto plazo debido a que todos los vencimientos coincidían justo por encima de un año, probablemente no sería una situación óptima tampoco. Una situación de un ratio de 10 como el que estamos explicando indicaría que es posible que no se están utilizando los recursos eficientemente, o que la empresa podría llevar a cabo mayores inversiones que mejoraran el rendimiento de la empresa a largo plazo, en vez de tener un exceso de caja en la empresa sin obtener retorno alguno.

Consejos para mejorar el ratio de liquidez

El ratio de liquidez, como decíamos, mide la capacidad de una empresa de afrontar sus vencimientos o pasivos a corto plazo. Para mejorar este ratio, hay unaserie de practicas o acciones que permiten mejorarlo y que procedemos a describir a continuación.

Revisión de periodos de cobro de clientes y periodos de pago a proveedores:

Como bien indica esta práctica, suele ser adecuado hacer una revisión periódica de estos periodos. En primer lugar, siempre hay que intentar mejorar el periodo de cobro. Es decir, cobrar lo antes posible. De esta manera se reducen los impagos y se mejora mucho la situación de caja a corto plazo. En el lado opuesto, pese a que es interés de todos que el pago a proveedores ocurra en su debida fecha, acordar un periodo de pago un poco más largo puede permitir a las empresas gozar con un margen durante unos días o semanas adicionales. Esto es especialmente relevante para aquellas empresas con largos procesos productivos, o en empresas en las que el ciclo de venta es largo. Esto se debe a que el dinero de las ventas es el que financia las compras, por lo que cuanto menor sea ese espacio temporal entre pagos y cobros, menor es la necesidad de financiación.

Revisión de pagos extraordinarios:

Otra de las formas más comunes para mejorar el ratio de liquidez, o por lo menos verificar que está siendo calculado correctamente, es mediante una completa revisión de los potenciales pagos extraordinarios. Es decir, hacer una revisión exhaustiva de los pagos a la seguridad social, de los pagos fiscales, de las tasas etc, para asegurarnos de que no nos dejemos algún pago importante fuera de la órmula descrita anteriormente. Ya que este tipo de pagos normalmente son obligatorios, no suele ser posible aplazarlos o negociar términos que obtengan periodos más ventajosos. Sin embargo, en caso de que el ratio este ajustado y existe la posibilidad de renegociar los términos, suele ser adecuado conversar una potencial renegociación de los términos de pago para poder aplazar un poco los pagos pendientes a corto plazo y que más estén perjudicando el ratio.

Renegociación de la deuda:

Una de las formas más comunes de mejorar el ratio de liquidez es mediante una renegociación de la deuda y de sus términos, especialmente sobre aquella que vence a corto plazo. De hecho, cuando las empresas se encuentran en una situación delicada a corto plazo, esta suele ser una de las vías más comunes para sanear la empresa, siempre y cuando los acreedores acepten los nuevos términos. Lo que suele ocurrir en estos casos, es que se renegocia la deuda, pasando parte de la deuda que vence a corto plazo a deuda a largo plazo, con las expectativas de que la empresa mejore en un futuro y tenga mayor capacidad de repago.

Aumento de las fuentes de financiación:

Otra forma muy común para mejorar el ratio de liquidez es mediante la obtención de nuevas fuentes de financiación. En el caso de que esta nueva fuente sea también deuda, lo ideal para mejorar el ratio de liquidez es que esta nueva deuda tenga vencimientos a largo plazo, para otorgar esa ventaja que tanto se necesita a corto plazo. Otra forma de mejorar el ratio es mediante el levantamiento de capital de inversores “equity”, que no tiene la obligación de repago más que por vía de distribuciones de dividendos. Por último, suele ser ideal también buscar fuentes alternativas como subvenciones, para que también nos permitan mejorar sustancialmente el ratio de liquidez.

Snab como herramienta de tesorería que permite monitorear la liquidez

Snab es una plataforma en la nube de tesorería pionera en Europa que ayuda precisamente en todas y cada una de las funciones y tareas relativas a la gestión de tesorería y el monitoreo de la situación de caja de la empresa. Snab sirve en primer lugar como plataforma de agregación bancaria, permitiendo a las empresas acceder desde un solo lugar y con independencia absoluta a todas sus cuentas bancarias en distintos bancos y en distintos países, de manera que, el equipo financiero puede consultar en pocos clics su situación de caja y obtener así parte de la información necesaria para calcular los activos corrientes. Snab también sirve como herramienta de facturación, ese decir, de recepción de facturas, escaneo, y registro automático de las mismas. Además, es una herramienta de gestión de pagos y cobros, proporcionando un control y visibilidad total de las cuentas por pagar y por cobrar, ya que la plataforma cuenta con tecnología novedosa que permite pagar y cobrar facturas en un clic, sin necesidad de salir de la plataforma. Esto permite monitorear el estado en tiempo real de todos los pagos y cobros de la empresa, a la hora de efectuar el cálculo del ratio. Además, Snab no solo te muestra alertas y te ayuda a monitorear el estado de los pagos y los cobros, si no que también te genera previsiones de tesorería en tiempo real que se basan tanto en información tanto histórica como futura.