Ratio de tesorería. ¿Qué es y como se calcula?
Introduction
En un artículo previo, hablábamos sobre el ratio de liquidez, en este caso, venimos a hablar acerca del conocido ratio de tesorería. Es importante destacar ya desde el inicio, de que en el ámbito financiero y de gestión de caja, ambos conceptos hacen referencia al mismo cálculo. Es decir, el ratio de liquidez, y el ratio de tesorería, se podrían considerar sinónimos y por tanto son el mismo ratio. Pero ya que estamos, procederemos a describir de nuevo este nuevo ratio, y explicaremos su cálculo con un mayor nivel de detalle, las implicaciones que puede tener un resultado u otro del cálculo, así como formas para mejorarlo y explicaremos también en detalle que partes componen el cálculo del ratio.
Como dijimos en artículos anteriores, la pandemia supuso un antes y un después para el sector de la tesorería. Desde entonces, se ha podido notar claramente un mayor interés por el sector de la tesorería corporativa y tambien se ha podido apreciar un mayor nivel de especialización en el sector. Hasta hace unos años el sector no era tan atractivo, o por lo menos no recibía mucha atención, y además el término tesorería solía sonar incluso algo aburrido. Ahora, sin embargo, muchas empresas están empezando a revisar el funcionamiento de sus departamentos y prácticas de tesorería y control de caja para obtener una mayor visibilidad y control sobre estas áreas. La revolución tecnológica en el ámbito “Fintech”, está permitiendo además la aparición de pioneras empresas de software que mediante la digitalización de distintos ámbitos como por ejemplo el de los pagos (B2B), y mediante un mayor acceso en tiempo real a los balances y movimientos de tesorería, permiten a las empresas tener mayor control y visibilidad de la situación de caja, y además permiten ahorrar miles de horas en procesos que generan poco valor añadido a las empresas, especialmente en los departamentos financieros que hasta día de hoy, siguen contando con muchos procesos manuales. Estos tiempos de cambio, y en especial, estas nuevas tecnologías, están dando un giro a cómo funcionan los departamentos financieros y sobre todo a cómo van a funcionar en el futuro.
Para adentrarnos en el sector de la tesorería, es importante adentrarnos en sus conceptos y en su terminología. En este artículo, procedemos a explicar una de las métricas principales que se manejan dentro de estos departamentos. La métrica a la que nos referimos es el ratio de tesorería o también conocido en inglés, el “current ratio”, debido a que este ratio hace referencia principalmente al corto plazo.
Ratio de tesorería, fórmula
Como decíamos en un artículo previo, el ratio de liquidez equivalía a ratio de tesorería siendo su fórmula de cálculo; Activos Corrientes / Pasivo Corrientes. Sin embargo, aprovechando este nuevo artículo, procedemos a desglosar la fórmula un poco más, proporcionando un mayor nivel de detalle y también una terminología diferente, que está muy aceptada en el mundo financiero y contable. Por medio de esta nueva terminología, definiríamos por tanto el ratio de tesorería como la división de los activos disponibles más los activos realizables divididos entre los activos corrientes. A continuación, procederemos a explicar a que nos referimos mediante activos disponibles y activos realizables, ya que no los hemos explicado hasta ahora.
Ratio de Tesorería, explicación
El fin principal del ratio de tesorería o “current ratio”, es proporcionar una imagen de la situación de una empresa en el corto plazo. La fórmula, trata de comparar la cantidad de bienes o activos disponibles y realizables que tiene una empresa contra sus deudas a corto plazo, que generalmente se entiende como un periodo de 12 meses, para poder determinar la capacidad que tiene una empresa de hacer frente a sus deudas y pagos a corto plazo. A partir de este periodo, o todo lo que sobrepase los 12 meses se suele considerar como largo plazo, tanto para los activos como para los pasivos.
¿Pero, antes de nada, a que nos referimos cuando hablamos de activos a corto plazo? Como describíamos un poco más arriba en la fórmula, esta está compuesta por los activos disponibles y los activos realizables. En primer lugar, los activos disponibles hacen referencia a la caja. Esta puede estar en formato físico, es decir, la cantidad de dinero en forma de billetes que pueda estar repartida por distintas áreas de la empresa, y en formato electrónico, es decir, nos referiríamos ahora al dinero existente en los distintos bancos en los que la empresa tiene cuentas corrientes abiertas. Por otro lado, tenemos los activos realizables. Es decir, aquellos que sin mucho esfuerzo y de manera relativamente rápida se pueden convertir en activos disponibles. Dentro de este tipo de activos realizables encontramos las inversiones a corto plazo, que puedan ser desinvertidas en cuestión de horas o días y que por tanto permiten “realizar” esas inversiones en la caja rápidamente. A modo de ejemplo, una inversión en acciones de una empresa que cotiza en los mercados públicos o en la bolsa se considerarían activos realizables, porque cualquier negocio podría vender esas acciones en cualquier momento y recibir la caja. Sin embargo, una inversión en un inmueble no podría considerarse activos realizables porque lo más probable es que pueda llevar meses o incluso más de 1 año proceder a vender el inmueble.
Si pasamos al otro lado, es decir al lado de los pasivos, el pasivo corriente estaría conformado por todos aquellos pagos a corto plazo incluidos pagos a proveedores, impuestos, tasas etc. Tambien, y probablemente el más importante, habría que incluir el vencimiento relativo al endeudamiento de la empresa, como, por ejemplo, gastos financieros, o la amortización del principal de la deuda bancaria, siempre considerando le horizonte temporal de 12 meses.
Interpretación del ratio de tesorería
El ratio de tesorería es un ratio muy importante en el ámbito financiero, ya que la repercusión que puede tener un ratio más elevado o más bajo es muy importante, especialmente, si en un momento dado la empresa tiene problemas de liquidez. Para garantizar una tesorería saneada, el ratio de tesorería tiene que proporcionar un resultado de 1, siendo recomendable rebasar el ratio de 1. Un ratio de 1 significara que por cada Euro de activos disponibles y realizables a corto plazo, tenemos un Euro de deuda a corto plazo. Por tanto, la empresa tiene bienes suficientes para hacer frente a sus deudas a corto plazo pero no habría margen de error. Es decir, a nada que surja algún imprevisto dentro de la empresa o cualquier otro evento extraordinario, la empresa se podría ver en graves problemas si ese ratio bajara por debajo de 1.
Por ejemplo, analicemos un caso hipotético de una empresa que tiene 2.000 euros de activos disponibles y realizables y tiene 20.000 euros de pasivos corrientes. El ratio resultante de una empresa en esta situación se situaría en 0.1. El resultado de este escenario extremo evidencia claramente que la empresa no está en una situación muy adecuada.
Por otro lado, pensemos un escenario opuesto. Imaginemos ahora una empresa que tiene 20.000 euros de activos disponibles y realizables y tan solo 2.000 euros de pasivos corrientes. ¿Sería este escenario el ideal? A primera vista, parece que sí. Esta empresa está en una forma muy saneada. Es decir, tiene mucha caja para poder hacer frente a sus obligaciones a corto plazo. Sin embargo, ¿es realmente esta situación óptima? No. Una situación de un ratio de 10 como el que estamos analizando indica que no se están utilizando los recursos de manera adecuada o de la forma más eficiente. Es posible que la empresa pudiera llevar a cabo inversiones para incrementar el rendimiento a largo plazo, en vez de tener tanta caja inutilizada.
Consejos para mejorar el ratio de tesorería
El ratio de tesorería, es uno de los ratios más importantes de una empresa. Como describíamos anteriormente, este, mide la capacidad de una empresa para afrontar sus vencimientos de deuda y de pagos a proveedores entre otros a corto plazo. Para mejorar este ratio, podemos acudir a varias vías. A continuación, describiremos una serie de acciones o buenas prácticas que permiten mejorar sustancialmente el ratio.
Revisión del periodo de cobro y periodos de pago a clientes y proveedores respectivamente:
Suele ser recomendable hacer una revisión periódica de los periodos de cobro y de pago. Siempre, por norma general hay que intentar mejorar el periodo de cobro. ¿Como se hace esto? Cobrando más rápido, es decir, lo antes posible. Hoy en día mediante la tecnología se pueden instalar métodos de cobro que aceleran este periodo de conversión. De esta manera se garantiza el pago de los clientes y posiblemente tambien se mejore la experiencia del usuario ya que el pago es cada vez más importante. En el otro lado, acordar un periodo de pago más largo permite a muchas empresas tener mayor margen de caja, ya que acerca más el periodo de cobro al periodo de pago, mejorando así la situación de tesorería.
Revisión de otros pagos y eventos extraordinarios:
Una de las formas para verificar que el ratio está siendo calculado correctamente, es mediante una completa revisión de eventos extraordinarios que supongan salidas de caja importantes. Es decir, por ejemplo, convendría hacer una revisión exhaustiva de distintos pagos como a la seguridad social, de impuestos y tasas entre otros. Principalmente para asegurarnos de que no nos hayamos olvidado ningún pago importante fuera de la fórmula descrita anteriormente. Si existe la posibilidad de renegociar los términos, suele ser conveniente renegociar un cambio en los términos de pago para poder aplazar un poco los pagos pendientes a corto plazo.
Revisión de los términos de la deuda:
La forma más típica para mejorar el ratio de tesorería es mediante la renegociación de la deuda bancaria y de sus términos principales, en particular, los términos de repago de la deuda que vence a corto plazo. Cuando las empresas se encuentran en una situación delicada de caja a corto plazo, la renegociación de deuda suele ser la principal vía para sanear la empresa. Lo que se suele dar en estos casos es que se renegocian los términos principales de la deuda. De esta manera, se convierte la deuda a corto plazo en deuda a largo plazo.
Acceso a distintas fuentes de financiación:
Finalmente, una forma muy común para mejorar el ratio de tesorería es por medio de nuevas vías de financiación. En el caso de obtener nueva financiación bancaria, lo lógico para mejorar el ratio de tesorería seria que esta nueva deuda bancaria sea a largo plazo. Otra forma de mejorar el ratio es mediante el levantamiento de otras formas de capital como pudieran ser subvenciones públicas o dinero de inversores privados mediante rondas de inversión, que no cuentan con vencimientos y por tanto mejoran la situación de caja a corto plazo sin crear ningún tipo de deuda a largo plazo.
Snab como herramienta de tesorería que permite monitorear los ratios financieros
Snab es una plataforma de tesorería en la nube novedosa en Europa que ayuda a los equipos financieros precisamente en todas y cada una de las funciones y tareas relativas a la gestión de tesorería y el monitoreo de la situación de caja de la empresa. Snab ayuda, por tanto, al permitir una mayor visibilidad y control de la tesorería a mejorar los ratios financieros de caja, y facilitar su cálculo. Snab sirve como plataforma de agregación bancaria, permitiendo a las empresas acceder desde un solo lugar y con independencia absoluta a todas sus cuentas bancarias en distintos bancos y en distintos países, de manera que, el equipo financiero puede acceder en pocos clics a ver su situación de caja y obtener así la información necesaria para calcular los activos disponibles y realizables de la empresa. Snab sirve también como herramienta de facturación, ese decir, automatiza todo el proceso de recepción de facturas, escaneo, y registro automático de las mismas, y sirve además como herramienta de gestión de pagos y cobros, proporcionando un control y visibilidad total a las funciones de cuentas por pagar y por cobrar. La plataforma cuenta con tecnología pionera en Europa que permite pagar y cobrar facturas en un clic, desde Snab, sin necesidad de salir de la plataforma. Esto permite monitorear el estado en tiempo real de todos los pagos y cobros de la empresa, a la hora de efectuar el cálculo del ratio de tesorería.